Tantas veces escuché comentar a polí­ticos, analistas y periodistas en los lugares o eventos que asisto acerca del libro rojo de Mao, un libro publicado en abril de 1964 por el gobierno de la República Popular China en el que se recogen citas y discursos pronunciados por Mao Tse-tung, Presidente del Partido Comunista de China, fundador de la República Popular China y su máximo dirigente y el otro Libro Rojo que es un manuscrito escrito e ilustrado por el psicólogo suizo Carl Gustav Jung. Pero para orgullo nuestro de los Hijos del SaraSara tenemos un Libro Rojo y esta escrito por un paucino y lo describo:

 
De un tiempo a esta dado el furor que ha despertado nuestra Wayllacha en nuestro pueblo de Pauza en esta época de carnaval, donde se reafirma que Pauza es la Capital Wayllachera de esta parte sur de nuestra región de Ayacucho, mi señor padre en un momento de lucidez, pareciera revivir aquellas épocas vividas en su juventud y adultez, en esas tertulias de sobre mesa que acostumbramos en casa, menciono que el habí­a leí­do un articulo de mi tí­o Wilfredo Huaita Nuñez, dedicado a la famosa Lira Paucina y menciono de un Libro Rojo que habí­a escrito Don Jacinto Pebe Pueyrredón, este libro que guarda los mejores pasajes de la vida musical de Pauza de Don Jacinto y su Lira y de tantos artistas Paucinos, me sumergí­ en mi biblioteca, navegue en el Internet y conseguí­ aquel escrito del ing. Huaita donde expone en este articulo con una prosa poética y nos dice:

 
Permí­tanme, para los que tengan la dicha de recorrer sus páginas en alas de la música, para los que fatigados en el trabajo diario de la lucha por la vida quieran un remanso de agua cristalina donde saciar su sed, o quiera aprisionar una lámpara de luz para las tinieblas de sus penas, o quieran cubrir con lágrimas los deshojados pétalos de sus ilusiones muertas caí­das del corazón, o quieran dulce y tiernamente depositar un beso de amor en el titilante guiño de una traviesa estrella al amanecer cual si fuera la tierna o dulce mirada de una linda enamorada; para los que buscan un alma en su camino, para los que beben del pasado las dulces remembranzas del ayer, para ellos, digo, permí­tanme contarles brevemente la trayectoria de esta inmortal “Lira Paucina”; y luego, con ellos adentrarnos en el coro celestial de nuestras canciones paucinas, hace que los paucinos conozcamos mas de este articulo que esta escrito en el Libro Rojo, así­ como de sus primeros exponentes, como que este famoso trí­o, que en sus inicios fue un cuarteto y detalla que un primero de enero de 1950, Jacinto Pebe Pueyrredón, reúne a su hermano Julio, ambos de Pauza, a Mateo Hermoza, del Cuzco, a Luis Nakayama Acuña, de Apurimac, y actuando de Secretario su cuñado Arturo Franco, fundó el conjunto “La Lira Paucina”. ya en 1938 Jacinto habí­a actuado en el conjunto Vivanco y después en la Compañí­a Imperial Inti. Ahora querí­a que a través de las ventanas de cuerda de su lira se asomara el alma de los hombres y mujeres del Perú vernacular.

 

Rápidamente se hace conocido en el mundo artí­stico nacional y en 1951 los vemos actuando en Radio Nacional con gran suceso. En 1952 se incorpora Jaime Guardia como charanguista, aportando su concurso para consagrarse como “el mejor charanguista del Perú”, juicio popular citado por Arguedas. Por razones de trabajo se aleja Hermoza, como después en 1959 lo harí­a Julio Pebe.
La Lira Paucina” graba en sello “Odeón”, carátula policroma y sugerente del actual terceto que hace vibrar el alma paucina, el alma nacional amante de su auténtico folklore…

 
“La Lira Paucina” un conjunto que crea y conserva el folklore, en la pluma inmortal de José Marí­a Arguedas, haciendo la semblanza cabal de Jacinto Pebe, Jaime Guardia y Luis Acuña, para terminar diciendo: “Artistas de oro vivo e incorruptible los de la Lira Paucina. Quienes pueden hablar en quechua con ellos alcanzará a conocer el paraí­so originalí­simo que aún es nuestro profundo paí­s”.

 
Menciona acerca de nuestras fiestas patronales de nuestra histórica Plaza de Armas de la ciudad de Pauza, donde se celebran las fiestas del Apóstol Santiago en Pauza, con pinceladas históricas y remembranzas inmortales de las fiestas del “Viejo” querido.

 
Jacinto Pebe Pueyrredón, en su “Libro Rojo” relata en la página 270 y 271 lo siguiente:

 
“Por el amor infinito que tengo a la tierra que me viera nacer, que es Pauza, sustenté una Moción pidiendo al “Cí­rculo Mutuo Pauza”, el dí­a 25 de Agosto de 1978, para elevar un memorial al señor Presidente de la República, en ese entonces, el general Francisco Morales Bermúdez, pidiendo la creación de una nueva provincia en el Departamento de Ayacucho que llevarí­a el nombre de SARA SARA, con su capital Pauza.

 
Cuando fue ya aprobado en el Parlamento, tal pedido con el nombre de Sara Sara, el Senador Dr. Carlos Enrique Melgar, pidió en el Senado, que se aumentara un nombre más, que se llamarí­a “Páucar”, pero ese nombre es de un pajarillo, lógicamente no fue el agrado de todos los habitantes de la nueva provincia.

 
El otro caso es; que en una de las esquinas de la Plaza de Armas de Pauza, crecí­a un árbol frondoso llamado huarango, al pie y bajo la sombra de aquel árbol, se cobijaban los forasteros que llegaban de los diversos pueblos; donde se realizaban asambleas del pueblo, donde festejaban fiestas de toda í­ndole, bajo esa sombra se despedí­a a los difuntos. Era un sí­mbolo histórico aquel huarango. Después de muchí­simos años, fue derribado y convertido en trozos de leña, Á¿se obedeció a una orden de autoridades? O Á¿el tiempo transcurrido lo sucumbió?
Y sigamos con la historia de la Lira paucina…

 
El Ing. Huaita expone y dice es una trilogí­a que antecede estas breves palabras que a guisa de prólogo pergeñaré en las blancas hojas, dejadas ex profeso, por la gentil benevolencia de Jacinto Pebe, para que diga “algo” antes de presentarnos el hermoso cofre de los tesoros musicales de Pauza. Desfilarán luego la histórica fotografí­a del cuarteto de cuerdas “La Lira Paucina” que publicara”Ultima Hora” en 1951, de este Conjunto fundado el 1° de Enero de 1950 y que tras años de brillante y proficúa labor artí­stica es ya toda una institución nacional, es el alma paucina hecha canción es efluvio de amor, es lágrima, es suspiro, es alegrí­a, es ternura, es esperanza y es recuerdo…..

 
En efecto, al recorrer sus páginas hasta hoy escritas desde la página 1 con el hermoso huayno “Parinacochas”, “tierra de mis ensueños”, que como blasón heráldico exhibe la belleza de ese retazo de Patria querida, hasta la página 207 “Ay mi suerte” canción triste donde nos interroga filosóficamente “cual será el fin de mi vida…” en esa hermosa antologí­a del cantar paucino, vemos discurrir toda la epopeya de la vida paucina y cronológicamente los hitos luminosos de la brillante carrera artí­stica de la Lira Paucina. No sé cual admirar más: si el tesón y perseverancia en la lucha por mantener este conjunto musical con sus abnegados integrantes, cosechando con modestia sin altanerí­as ni falsos orgullos triunfos en el Paí­s y en el extranjero; o la paciente devoción puesta en atesorar, buscar, rescatar del olvido las dulces y tiernas canciones que entonaron nuestros padres en ese bello jardí­n florido de la patria chica, para retomar el hilo siempre eterno de la inspiración y crear nuevas melodí­as, nuevas canciones con que alimentar el alma siempre nuevo de la nueva vida paucina.

 
En un certamen promovido por Radio Nacional en 1953, La Lira Paucina ganó medalla de oro, diploma y un contrato de 3 meses, sobreponiéndose a 73 conjuntos folcloristas. En 1954 conquistan el trofeo “Inca” en el Coliseo Nacional; en 1955 el Coliseo Luna otorga un diploma de premio; igualmente conquistan otro diploma del Ministerio de Educación que luce en el local del “Cí­rculo Mutuo Pauza”; otro diploma de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que como trofeo sentimental obsequió al Concejo Municipal de Pauza; otros diplomas del Concejo Departamental de Ayacucho y de la Prefectura de Ayacucho; una Medalla “Flor de Canto” y diploma otorgado por la Asociación de Folkloristas y sendos diplomas de Instituciones de los pueblos hermanos deOyolo, Colta , del Sport “SaraSara”, etc., son como palmas que se tributan al vencedor.

 
En 1955 actúan en Radio Central, Radio San Cristóbal y luego incursionan en el acetato para alegrí­a de sus miles de admiradores; comienzan a grabar discos para el sello “Odeón”, siendo su primer 75 el huayno “Parinacochas”. El primer long play es “Lira Paucina” (LD-1343), cuya carátula abre este álbum.

 
Para lanzar el segundo long play con el tí­tulo “Ayacuchomanta” tiene que reunir a otros artistas de Pauza como Néstor Canales, Fidencio Escobar (“El Chuso”) y aprisionar en sus surcos desde la emocionante marcha del Patrón Santiago hasta las bucólicas huaylí­as de Casiri; tres hermozos discos de larga duración se suman a estos primeros éxitos: “Jardí­n Paucino”, “Lo mejor de la Lira Paucina” y “Dulce Despertar”; sucesivamente graban alegres 45 r.p.m. y creo no exagerar al decir que más de 70 discos hacen la felicidad de tantos amantes de la auténtica música nacional, ya artistas consagrados se presentan en los canales de televisión y son contratados por Panamericana Televisión – Canal 5.

 
La Lira Paucina es solicitada por instituciones regionales, culturales y artí­sticas para resaltar lo bello de nuestro folklore y los periódicos de la capital dan abundante información. En 1964, la Casa de la Cultura realiza la actuación central del Dí­a del Indio presentando a la Lira Paucina que ejecuta piezas musicales ayacuchanas, las que son analizadas e ilustradas por el Director de esa Casa, Dr. José Marí­a Arguedas. Ese año Jaime Guardia pierde su charango olvidándolo en un taxi y a través de Ultima Hora pide se lo devuelvan a Leoncio Prado 951, Magdalena del Mar, porque dice “Mi charango es todo para mí­…”

 

 

Siguen los éxitos del trí­o folklórico “Lira Paucina” dice La Crónica, conjunto que está catalogado entre los primeros en la especialidad de folklore (1964)

Enero 19 de 1965, la “Lira Paucina” viaja a Santiago de Chile especialmente invitado para que represente al folclor peruano en las celebraciones de la Semana Universitaria de Santiago, gracias a la ayuda de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; van acompañados de dos bailarines para hacer demostraciones de la “Danza de las Tijeras”.
La Universidad Federico de Santa Marí­a de Valparaí­so, es el escenario de sus grandes triunfos internacionales.

 

 

En 1965, Jacinto Pebe cumple sus bodas de plata artí­sticas, recordándonos una nota de Ultima Hora que desde sus años mozos intervino filmando cortos en las pelí­culas nacionales “El Gallo de mi Galpón” y “Miedo a la Vida”.
Jaime Guardia recibe propuestas para brindar en el extranjero recitales de charango; luego es contratado como Asesor del Dr. Josafat Roel Pinedo, Jefe de la Sección Folklórica de la Casa de la Cultura.

 
En enero de 1967 destacan en Venezuela la autenticidad del arte folklórico peruano, pues en San Cristóbal, Táchira, Venezuela, con el III Festival Internacional de Folklore, saludan a la Lira Paucina, como la única que “presenta el folklore en su propia versión artí­stica, es decir, sin mixtificación o adulteraciones”; y en esa tierra de Bolí­var fueron los peruanos los únicos que merecieron ser considerados para un programa de “Venevisión”, la más importante organización de TV de Venezuela, donde en vez de 8 minutos programados, a pedido de los propios productores de la mencionada organización, actuaron media hora.

 
En marzo de 1967, concurren al Festival Bolivariano de la Plaza Venezuela, donde la “Lira Paucina” tras su brillante presentación, rinde homenaje al Libertador con la oración en quechua pronunciada por Jaime Guardia, al Padre Bolí­var, según nota de “El Universal de Caracas” mientras el orador con los ojos cerrados o fijos en el pedestal, pronunciaba palabras incomprensibles para los venezolanos, pero en su tono y conmovedoras inflexiones, expresaban el dolor y la esperanza de una raza que lucha por alcanzar los niveles más altos de superación”. Así­, en el milenario lenguaje quechua del pueblo del Perú, una voz paucina era el grito de rebeldí­a y esperanza lanzado al pueblo indoamericano en la tierra del Libertador.
La Crónica saluda al folklore ayacuchano, destacando a los artistas Tani Medina, Gaspar Andí­a Fajardo, Florencio Coronado, Moisés Vivanco y la “Lira Paucina” como a “tres parinacochanos de estirpe vernacular como el Incahuasi en cuyas aguas se refleja el gran Sarasara”.

 
César Lévano, en “Caretas” glosa la triunfal carrera artí­stica de estos tres cultores de la música que hizo llorar a Arguedas, quién dedicara su libro “Todas las Sangres” a “Jaime Guardia, de la Villa de Pauza, en quién la música del Perú está encarnada como fuego y llanto sin lí­mites”, evocando al gran amigo desaparecido. “Como no se iba a emocionar el cholo (Arguedas) escuchando a la “Lira Paucina” que canta estremecidos yaraví­es serranos, wayllachas carnavaleros y huaynos antiguos en que arden amores con ternuras de indios y pasiones de españoles y grandes angustias de universo”.

 
Y al finalizar su glosa César Lévano dice — estando en Moscú, escuchar música peruana, principalmente las grabaciones de la “Lira Paucina” era una mezcla de goce y tormento. Cuando ocurrí­a, todo mi ser se estremecí­a por la nostalgia y el llanto”. En una “Rapsodia” de su libro de versos, “Este y Oeste” se incluyen cinco lí­neas de Luis Acuña.

 
Llega la apoteosis de esta meteórica carrera artí­stica, la “Lira Paucina” y el “Conjunto de Danzantes de Tijeras de Parinacochas” representan al Perú en el Certamen Mundial de Conjuntos Musicales Folklóricos, organizado por el Municipio de Rí­o de Janeiro (Brasil) el 10 de mayo de 1970, en el escenario de Canal 6 de la Televisión Brasilera. En este festival mundial intervinieron más de 100 conjuntos de todo el mundo. El 13 de mayo, la Cancillerí­a informa que los conjuntos folklóricos peruanos “Danzas de Tijeras” y la “Lira Paucina” lograron resonante triunfo en el Brasil.

 

Jaime Guardia, preside la Delegación Folklórica, enviada por la Casa de la Cultura del Perú. Intervinieron numerosas delegaciones de Brasil, Checoslovaquia, Alemania, Israel y otros conjuntos de Europa, Asia y América Latina.

 
El “Peruano” de 28 de mayo de 1970, informa que “el Perú obtuvo el segundo lugar y la Copa 70 en tan original concurso”. Dicha copa se exhibe en la Casa de la Cultura. En la competencia llevada a cabo en el popular Programa Blota Junior de la TV brasileña, la delegación peruana compuesta de 7 personas, obtuvo 402 puntos, después de Israel, y la siguieron Alemania Occidental y Checoslovaquia. Los Hermanos Chiara (Danzantes de Tijeras de Ayacucho) y la “Lira Paucina” fueron estruendosamente festejados por el público y el periodismo. Esta presentación consagratoria ante una teleaudiencia millonaria llevó al pináculo de la fama y la gloria a la música paucina y del Perú.

 
En 1970 viajan a la Argentina invitados por la Embajada de ese paí­s para participar en la Exposición Panamericana de Ingenierí­a e Industria. El trí­o integrado por Jacinto Pebe, Jaime Guardia y Luis Nakayama Acuña actuaron también en distintas salas de espectáculos, televisión de Buenos Aires y otros lugares de la Argentina.

 
En 1971, en Noviembre, se presentan en el Teatro Municipal de Lima, para demostrar el sabor de las melodí­as andinas a los visitantes de la reunión mundial “Grupo 77” que los aplaudieron y los felicitaron.

 
El 28 de enero de 1975, la Prensa de Lima, en un bello artí­culo ilustrado con dos fotografí­as de la Lira Paucina de Ayer y Hoy, recuerda que “Trí­o Lira Paucina” cumple 25 años de labor artí­stica. Allí­ se evoca la historia triunfal de este conjunto, recordando las palabras consagratorias de Arguedas: “La Lira Paucina continua y enriquece la tradición, le dá nuevos matices, crea, le imprime al folklore tradicional el alma de las generaciones vivas, el testimonio de lo que siente y anhela el hombre actual del pueblo”.Esta es la obra del autor del yaraví­ “El Solitario” Jacinto Pebe, del autor del huayno triste “Madrecita Linda” Jaime Guardia y de esa segunda voz de quien dijera Arguedas “sin él el trí­o no alcanzarí­a el altí­simo nivel artí­stico que lo ha hecho famoso”, Luis Nakayama Acuña, “El Chino” compenetrado plenamente de la vivencia paucina.

 
Esta es la historia de la Lira Paucina, historia que todo paucino debe conocer y honrar, historia lí­mpida y conmovedora, historia de triunfos lograda con esfuerzo, con amor, con lagrimas, con tesón y pundonor, historia paucina digna de ser escrita con el fuego abrasador del volcán Sarasara en los roquedales de nuestro suelo paucino; historia que hoy fulgura en el lí­mpido azul del cielo parinacochano, cantando a los cuatro vientos los amores paucinos, sus esperanzas y sus ideales.

 
Rindo mis preseas y mi ferviente homenaje a estos magní­ficos hermanos nuestros integrantes de la Lira Paucina, en nombre de Pauza agradecido, en sus bodas de plata artí­sticas. Imploro la bendición del Apóstol Santiago, para que los siga guiando por la senda del triunfo, y que los lauros que arranquen a la Victoria, formen una corona de siemprevivas para ceñir la frente altiva y señorial del coloso Sarasara, porque sólo a esa altura es digno de colocarse los triunfos de la “Lira Paucina”.

 
Ya no tengo fuerzas ni valor para glosar los cantos paucinos: en cada verso, en cada huayno, en cada canción hay un girón de mi vida que sangra y llora al conjuro del terruño. Por eso, perdónenme no comentar estas canciones de autor anónimo. No sé cuál es de ayer o de hoy; de la Lira o de mis abuelos; lo mismo dá; los interpretan tan bien y los crean con sabor a siempre que todo es eterno en la dimensión del alma, del espí­ritu y de la música.

 
En cada verso vive la historia romántica de nuestros abuelos o la tierna pasión de nuestra juventud; o la serena esperanza del pueblo. Es la imagen viva y resurrecta del pasado de Pauza, es la imagen fulgurante de un futuro ya cercano con pan y libertad; es la canción de nuestras “vacaciones” escolares, de nuestras fiestas patronales, de nuestros “santos” memorables. Es el verso hecho vida fecundante, es el vaho amoroso de la tierra roturada en época de lluvia; es la tierra bendita, árida y polvorienta que engendra la papa y el maí­z para sus hijos; es la madre tierra, es el sol, el nevado Sarasara; es el azul de un amanecer paucino; es el chasca lucero del alba; es la noche negra tachonada de estrellas… Es el “ensueño en alas de la música”. Es Pauza eterno de mi infancia; es Pauza de mis esperanzas. Es pasión, amor, tristeza; es un beso en flor; es la eterna primavera; es el pórtico de la gloria… Sus versos me dicen no hay cielo como mi cielo, su canto me dice no hay nada como mi Pauza. Vida hecha canción, corazón hecho verso … Todo esto se vive en la bella interpretación de la Lira Paucina, cuyos autores con amoroso cuidado rescataron para nosotros el tesoro de nuestros mayores y nos legaron esta herencia para nuestros hijos, colocándolos en este bello cofre de la antologí­a musical paucina.

 
Mientras los arpegios arrancados a la Lira, pulsen las cuerdas de mi corazón; mientras las melodí­as tiernas de sus notas musicales hagan brotar lágrimas de mi alma; mientras sus yaraví­es con el fluir de sus notas en lontananza como un collar de perlas que se desata, dejen correr las gotas de mi sangre, sabré que estoy vivo con alma paucina, por eso para seguir viviendo y consagrarlo a nuestro pueblo, pedimos los paucinos más canciones y más melodí­as a nuestra querida “Lira Paucina”.

 
Hacemos un llamado a la Familia de Don Jacinto Pebe Pueyrredón para que se reedite este Libro Rojo donde está la historia musical de Pauza y escritos como este articulo del Ing. Wilfredo Huaita Nuñez, nacidas desde el fondo de su corazón, por ello termino con sus mismas palabras y digo “ Permí­tanme, para los que tengan la dicha de recorrer sus páginas en alas de la música, para los que fatigados en el trabajo diario de la lucha por la vida quieran un remanso de agua cristalina donde saciar su sed, o quiera aprisionar una lámpara de luz para las tinieblas de sus penas, o quieran cubrir con lágrimas los deshojados pétalos de sus ilusiones muertas caí­das del corazón, o quieran dulce y tiernamente depositar un beso de amor en el titilante guiño de una traviesa estrella al amanecer cual si fuera la tierna o dulce mirada de una linda enamorada; para los que buscan un alma en su camino, para los que beben del pasado las dulces remembranzas del ayer, para ellos, digo, permí­tanme contarles brevemente la trayectoria de esta inmortal “Lira Paucina”; y luego, con ellos adentrarnos en el coro celestial de nuestras canciones paucinas.

 
Es Pauza eterno de mi infancia; es Pauza de mis esperanzas. Es pasión, amor, tristeza; es un beso en flor; es la eterna primavera; es el pórtico de la gloria… Sus versos me dicen no hay cielo como mi cielo, su canto me dice no hay nada como mi Pauza. Vida hecha canción, corazón hecho verso … Todo esto se vive en la bella interpretación de la Lira Paucina, cuyos autores con amoroso cuidado rescataron para nosotros el tesoro de nuestros mayores y nos legaron esta herencia para nuestros hijos, colocándolos en este bello cofre de la antologí­a musical paucina.

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