En la tarde de ayer fue el sepelio del amigo de los amigos, su pueblo de Pauza le dio el último adiós, a la una de la tarde se celebró la misa de cuerpo presente que se realizó en su honor en la Parroquia Apóstol Santiago donde asistieron sus familiares y amigos; después de la homilí­a llevaron el ataúd en hombros por las calles de Pauza durante el recorrido, los presentes coreaban su nombre, sin poder evitar derramar lágrimas por su partida; primero se dirigieron al estadio Sara Sara para que se despidiera en donde jugó futbol defendiendo los colores de Pauza y de su Club Huayllas, también se desempeñó como árbitro él era polifacético, posteriormente su ataúd ingresó al camposanto municipal, en olor a multitudes donde paucinos y amigos de otros pueblos lo esperaban, le despidieron entre cantos del huayno y del yaraví­ encabezado por el maestro Tulio Gutiérrez Guardia, Eugenio Valencia, Wilber Valdiviezo y otros músicos paucinos, las tristes melodí­as que ayer entonaron todos los presentes se sintieron más profundas y melancólicas, el desconsuelo era general de todo un pueblo, muchos no podí­an sostener sus lágrimas. Después del sepelio en el cementerio se quedaron algunas horas de la noche por que no querí­an dejarlo solo al amigo, según mencionaron los presentes.

Se dice que la riqueza de las personas se mide por la calidad de los amigos, y ellos son parte importante de nuestras vidas, eso quedó demostrado ayer en su sepelio y el domingo en el velatorio que se realizó en Lima y después en Pauza. Tu pueblo por quien diste todo tu amor, ayer te entregó con mucha paz y orgullo a Dios Nuestro Señor, sabiendo que estarás en paz a su lado; a nosotros, sólo nos queda recordarte y mantenerte vivo dentro de nosotros, aceptando y amando la voluntad de Dios.

Apenas dieron la triste noticia por las redes sociales cuando se iniciaba el Dí­a del Padre, triste amanecer de domingo, todos los que lo conocieron expresaron su gran pesar de esa triste noticia, hoy son testimonio de eso.

Ha producido un profundo dolor la repentina muerte de Eduardo Santiago Ramí­rez Lizarbe (48) causando gran consternación entre todos sus amigos y familiares, incluso en quienes no los conocieron pero se enteraron de lo ocurrido por las redes sociales, él era muy querido y admirado por decenas de personas, ha dejado un legado importante en todos sus seres queridos, quienes de ahora en adelante los recordarán en cada momento de su existir.

Eduardo Santiago, para los amigos “FIFI”, fue una persona tenaz, persistente, que sabí­a perfectamente lo que querí­a, y que disfrutó la vida al máximo, era bromista, alegre, bondadoso, ocurrente, honesto y objetivo, fueron tan sólo algunas de las caracterí­sticas que lo distinguieron y que lo hicieron ser muy querido por decenas de amigos y todos sus familiares; era una persona sumamente alegre, ameno y muy divertido, conocido en todos los pueblos de la provincia, tení­a sus amistades, por montones, de todas las edades y estratos sociales. Yo particularmente lo conocí­ hace aproximadamente cuatro años lo veí­a esporádicamente en alguna reunión social en Lima, era amigable y conversador, la última vez que nos encontramos fue en Mirmaca en el mes de abril en las fiestas patronales él fue llevando los caballos de Paso.

Su ausencia es muy grande para su familia, integrada por sus padres, hermanos, sus hijos Eduardo y Gaby, siempre fue un padre amoroso, un ser humano dedicado en cuerpo y alma a ellos, que dí­a a dí­a luchó por verlos feliz; incluso su mayor anhelo era viajar al extranjero para trabajar querí­a darle lo mejor a sus hijos pero lamentablemente se frustró.
Cuando estuvo viviendo en Lima por un periodo transitorio lo compartió con su hijo Eduardo Josué, ellos compartieron juntos un sin fin de alegrí­as, cuando iban a jugar fulbito o asistí­an a la corrida como buenos taurinos, son sólo algunos de los recuerdos que atesorarán y que perdurarán en su memoria y corazón, de Junior.

 

Para sus amigos, cuando estaban en grupo él era el centro de atención por sus bromas, por sus chistes, cuando notaba que alguien estaba preocupado lo hací­a reí­r, era muy ocurrente, así­ era FIFI, hacendoso, en la fiesta del Patrón Santiago él lo arreglaba su anda, en la salida de los toros era infaltable, se avecina la fiesta de Apóstol Santiago sin lugar a dudas se sentirá su ausencia. Disfrutaba al máximo de las fiestas patronales, le encantaba la música, bailar y cantar, prácticamente era el alma de todas las reuniones.

Sus amigos, Iván, Arturo, Ítalo, Claudio, coinciden en señalar que su personalidad tan abierta y bromista, además de su carácter sencillo y humilde, fue lo que lo llevó a convertirse en un ser único, o como ellos dicen, en una verdadera leyenda, pues dejó un legado que será imposible borrar.
¡¡DESCANSA EN PAZ “FIFI”!!

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